“Creo en la vida eterna en este mundo; hay momentos en que el tiempo se
detiene de repente para dar lugar a la eternidad”
Fiódor Dostoievski
Si me preguntasen por mis favoritos del mundo de la
literatura, creo que más de una decena de nombres se me pasarían por la cabeza:
Giovanni Boccaccio y su graciosísimo
“Decamerón”; las poesías de Francisco de
Quevedo; Mary Shelley que con su
famosa obra “Frankenstein” transmitió ideas importantes del romanticismo en la
ciencia como la oposición al reduccionismo (simplificación excesiva) y la
manipulación de la naturaleza; “Las desventuras del joven Werther” de Johann Wolfgang Van Goethe; “Las Rimas”
de Gustavo Adolfo Bécquer, obra
recogida por amigos suyos tras un incendio en el lugar donde las mantenía
guardadas; León Tolstoi, considerado
uno de los más grandes escritores de occidente y de la literatura mundial;
Henri Beyle, realista que fue más conocido por su pseudónimo Stendhal y escribió obras como “Rojo y
negro” o “La cartuja de Parma”; la gran “Metamorfosis” de Kafka; Ernest Hemingway , F.
Scott Fitzgerald (“El Gran Gatsby”),
William Faulkner (“El sonido y la furia”), John Steinbeck (“Las uvas de la ira”)… ¿y quién no conoce las grandes tragedias de William Shakespeare como “El Rey Lear”,
“Macbeth” o “Romeo y Julieta”?
Creo que si me pusiera a enumerar, no terminaría nunca
aunque, entre todos ellos (y muchos más que me dejo sin nombrar) hay UNO. Uno que sobresale para mí entre
todos los demás, mi favorito, por así
decirlo. Y ese no es otro que Fiódor Dostoievski.
Fiódor Mijáilovich
Dostoievski nació en 1821 en Moscú. Una de las razones por las que más me gusta
es porque tuvo una vida muy agitada y todos sus problemas influyeron en su grandiosa
obra. La muerte de su madre cuando él era pequeño por culpa de la tuberculosis,
su padre que cayó en la alcoholemia, su estancia en una escuela militar y su condena
de pena de muerte (que al final fue cambiada en el último momento por trabajos
forzados en Siberia) fueron algunos de los acontecimientos que marcaron su
vida. En esta también consta su casamiento con una joven tísica (con la que
pienso que se casó porque tenía los mismos problemas que su madre) y sus
problemas con el juego y el alcohol.
Por último, y
haciendo referencia a estos dos últimos problemas, destaco que mi libro
favorito de él es “El jugador”, libro que dictó en 20 días a una tipógrafa con
la que después se casó. Este libro para mí es una gran obra de arte, ya que
trata el problema de la ludopatía de una forma impresionante, en una época en
la que todavía ni existía ese problema. También me gustaría mencionar la que
fue su obra cumbre “Los hermanos Karamazov”, y que el propio escritor consideró “su obra maestra “.
Para mí, Fiódor
Dostoievski es uno de los más grandes de la literatura universal, demostrando
este hecho en su obra, la cual recomiendo totalmente, pues no tiene desperdicio
alguno y no os defraudará.
Anaís Sánchez Franco
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