Estar despierto es estar
vivo. Yo nunca he conocido a un hombre que estuviera completamente
despierto ¿cómo podría haberle mirado, entonces, a la cara? A veces tenemos
sed, y si no se quiere morir de sed hay que aprender a beber de todas las
copas. Por eso te agradezco que me hayas pedido que te hable de mí, y que me
dejes traer a mi memoria el pasado. Es como tragar la propia saliva cuando no
hay agua cerca. Alguien dijo que solamente quien actúa aprende. Y yo ya no
puedo ver el cielo con tantas lágrimas en los ojos. Cuando el diablo
muda la piel ¿no se despoja al propio tiempo de su nombre? Todavía queda
abierta la herida, y la posibilidad de una vida libre. Como si fuéramos un niño que nada sabe del instante próximo. El jardinero se rasga a menudo las manos con los
rosales que debería plantar. Y yo hago fotos de la sangre que se derrama, sin
que nunca me pertenezca. El débil, como el viejo, es producto de la
civilización. El cine es un viejo prematuro. Y la muerte es apariencia (lo repito en mi cabeza como engañándome)
como esos colores que centellean en nuestros ojos cuando hemos mirado mucho
tiempo al sol. La mayoría de estas frases las he arrancado de algún libro y cambiado a mi manera, liberándolas
durante un instante del peso del contexto.
Así serán también nuestras
vidas cuando estemos dormidos. Y alguien las mire desde lejos.
por Elvis no está vivo.
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