Si hablamos de criticar la facultad lo primero que se me
viene a la mente son los profesores. Por un lado tenemos a los que, de una
manera u otra, consiguen hacer de su asignatura algo interesante de modo que al
final sus enseñanzas realmente nos calan y nos sirven de algo en la vida. Entre
ellos voy a citar a Félix Requena y Andrés Villena, Inmaculada Sánchez, Paloma López Villafranca, María Rosa Fernández,
San Miguel, María Mercedes Ortiz y Agustín Gómez.
Sigamos ahora con aquellos profesores que se encuentran en
el extremo opuesto de la balanza. Destacaré en este grupo a Sebastián Mañas
(bastante incomprensivo hacia sus alumnos y aburridas clases de PowerPoints mal
hechos con los que se aprende poco para un examen tan duro), Inmaculada Postigo
con Guión Audiovisual (con lo bonita que podría ser esta asignatura bien
impartida…) y a Tecla Lumbreras en Introducción a las Relaciones Públicas (con
la que poco o nada he aprendido de publicidad). En duda pongo a Ferrán ya que,
aunque no comparto su forma de impartir clase (demasiado juvenil y poco serio
para mi gusto), algo me aportó la lectura de los libros que nos “recomendó”.
Vicente Peña con Narrativa Audiovisual es un caso especial y
no tengo claro dónde situarlo. Nos mastica
demasiado las cosas y alarga explicaciones básicas a extremos insoportables,
aunque su forma de evaluar me parece justa. En cambio no me termina de quedar claro si
aprenderemos algo importante con esta asignatura.
Dejando a un lado a los profesores podría ver negativas
varias cosas: el zulo, el tema del préstamo de las cámaras, los papeles que se
pierden en recepción… Pero sobre todo el hecho de maquillar con el nombre de “prácticas”
a unas clases que sólo se diferencian de las demás en el hecho de hacer/exponer
trabajos más bien teóricos y en la asistencia obligatoria.
Sin embargo, no todo lo de nuestra facultad es malo. Estoy
procurando no dejarme nada atrás y me he reservado algunas cosas buenas para el
final: la cafetería, la biblioteca y el ambiente que se respira en la facultad,
ya que a pesar de los piques se conoce gente maravillosa. ¡Ah! Y se me olvidaba. El servicio de objetos perdidos
funciona a la perfección. Gracias a un tal ¿Raúl Andrades? por llevar allí mi
chaqueta de cuero.
"Qu'est-ce que je peux faire?
J'sais pas quoi
faire!"
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