A primera vista esta imagen podría evocarnos a un contacto carnal deseado. Un momento repleto de sensualidad donde el cuerpo parece gozar del encuentro de las manos sobre la piel.
Nada más lejos: dicha imagen es un detalle de una fotografía de una escultura del polifacético Bernini, El rapto de Proserpina, una obra magistral del barroco realizada en 1621 que interpreta el mito grecorromano, que los que lo conozcáis sabréis que precisamente inmortaliza el momento en el que Plutón rapta a Proserpina. El instante del contraposto expresa violencia y una fuerte desesperación por parte de Proserpina, el frío mármol se convierte en pura carnosidad y la sensualidad y el deseo solo invaden a Plutón.
Al ver la obra en su totalidad, este fragmento de imagen pierde su encanto, encanto que se halla cubierto en una pura apariencia causada por esta selección del detalle. Mi idea es reflexionar vagamente sobre la cuestión de la mera selección de una porcion sobre una totalidad. Y esto es extrapolable a la vida misma, a esas ocasiones en las que no eres consciente de lo que ocurre realmente o solo te aferras a un instante, a un detalle.
Para ver la escultura os proporciono dos links: http://sp8.fotolog.com/photo/56/54/4/art3_preciso/1202998650_f.jpg
http://loffit.abc.es/wp-content/uploads/2011/06/34_-_BERNINI_-_o_rapto_de_proserpina.jpg
Lorena Triviño De Matteis
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