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La semana grande (?) de Málaga.


Y con esta alegría aparente, Málaga recibe, como cada año a su Semana Santa. Y digo aparente, porque esta semana no es más que eso: aparentar. Aparentar pertenecer a una cofradía a la que abonar un dinero que no se tiene (puro espíritu cristiano, sí) y aparentar ser más católico que nadie.

A muchos se les hincha el pecho presumiendo de esta semana, a mí me da una mezcla entre repelús y asco. No es que no respete a los millones de capillitas que viven con ilusión la salida de unos muñequitos a hombros de unos señores (digo señores porque las mujeres aún lo tienen un poco complicado), es que me enerva la sangre observar cuantísima hipocresía se respira en esa semana, donde, realmente, no hay siquiera un via crucis. Las hermandades se pelean por sacar a pasear sus tronos en los días más grandes. ¡Qué más dará que saquemos antes un cristo crucificado y sacar la imagen de la Última Cena posteriormente!

Soy atea, sí, y en parte por eso aborrezco este espectáculo. Pero es que no hay dinero para nada, pero sí para mantones y arreglos, para capirotes, para túnicas.

¿Qué se crean puestos de trabajo? Sí. En la Feria también, y el alcalde quería suprimir muchas casetas que no eran de su gusto. Joder, que hay gente muriéndose de hambre en nuestras calles, pero no importa, ¡qué viva el Cautivo!

Ahora en serio, ¿existe algo más rancio que los legionarios desfilando por las calles de Málaga cantando? Al menos su cabra es graciosa.


María Torres García


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Las cabras son personas maravillosas.

Anónimo dijo...

Le recomiendo Prozac. Su texto rezuma amargura y resentimiento social. Es demasiado joven para estar tan desencantada y albergar en su corazón tanto odio hacia personas que no le han hecho nada. Por cierto, los legionarios son la primera línea que combate en las guerras para que usted no tenga que hacerlo. No se deje manipular por la retórica de ciertos grupos políticos radicales, porque a la vuelta de unos años, se sentirá traicionada y utilizada para sus oscuros fines.
La vida religiosa en este país constitucionalmente aconfesional, aunque induscutiblemente católico (pese a las palabra de Azaña, hoy olvidadas por la historia) impregna todos los ámbitos; fíjese, su propio nombre es el de la Virgen.
Reflexione y créame que por su bienestar psicológico y si me apura espiritual, la Fe y la Esperanza le llenarán de alegría cada mañana al despertarse, y al acostarse sentirá que su vida es plena y goza de sentido.

Un fuerte abrazo, María.

The Eternal Sunshine Of The Spotless Mind dijo...

Apreciado legionario,

le agradezco encarecidamente que mate gente en las guerras para que yo no tenga que hacerlo. Yo también lloro compungido cada vez que los tronos se quedan en su casa. La próxima vez que vea a María le daré Prozac o le pondré un capirote para que no pueda hablar más criticando a la semana santa. Deshonrado nombre de la virgen...

Atentamente, Luis.

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