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"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro"


Ponerse a discutir sobre televisión a estas alturas, con tanta teoría que viene y va, que se repite, y se repite, y se repite… aburre. Lo cierto es que pocas oportunidades hemos tenido para hablar deliberadamente sobre ese aparato, así que intentaré aprovecharme de ello.
Enciendo la televisión, cambio de canal, cambio de canal, dejo el canal, mis pupilas se dilatan, mis pulsaciones aumentan, mi respiración se agita, mi sudoración incrementa, no puedo más… no concibo no lo que veo: ¡es un programa interesante! ¿Es la 2? ¿es un sueño?
 La variedad de contenidos existentes en televisión es bastante reducido, la innovación cada vez es más escasa y la gente cada vez se aburre más o, lo que es peor, se va adaptando y se inmersa en el conformismo. La amalgama de estos contenidos acaban fusionándose y creando unos nuevos, no se reinventan... se pisan y acaban perdiendo su calidad. Yo veo la televisión, poco, lo suficiente para construir mis fundamentos críticos estudiando esta carrera, porque no entiendo que estudies Comunicación Audiovisual y no estés al tanto de lo que los medios nos deparan.
¿Qué fue de aquella televisión española y su función pedagógica? Esas fantásticas series basadas en novelas españolas, esos concursos en los que tanto se aprendía…
Cada vez es más complicado mantener estos dos canales  bajo la calidad y esta premisa con la que nació, televisión del Estado y financiada por él, que con esta crisis ya mismo no habrá ni para contratar a otro cámara para un contraplano. Los contenidos más atractivos (y con menos share),y otros como los documentales, son los que más están sufriendo. La ficción también se ha visto afectada, con la paralización de series tan emblemáticas como Cuéntame cómo pasó u otras como Águila roja, va a tener efectos graves ya que constituye uno de los contenidos esenciales de la industria.
Es obvio que la televisión constituye uno de los elementos centrales de la sociedad, y además llega a un gran número de masa con mensajes lo más homogeneizados posibles (y así es como una abuelita-tatarabuela que aún conserva su cartilla de racionamiento de la Guerra Civil y un caballero que nos imparte clases, pueden disfrutar juntos, simultáneamente).
Seamos sinceros, seguramente todos no podamos participar del maravilloso mundo cinematográfico… por lo tanto, deberíamos (y me incluyo a mi) prestar más atención a este medio, porque quizás muchos de nosotros acabemos metidos en este lío, y quizás más de uno llegue a cogerle hasta gustillo o no tenga más remedio que hacer el amago.

PD: El título proviene de una frase de Groucho Marx

Lorena Triviño De Matteis

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