¿Qué tiene el cine fantástico que los demás géneros no
tienen?¿Qué es lo que los aficionados de la fantasía esperan ver en este cine?
Creo que estas preguntas tienen una respuesta muy similar.
Siempre vivimos en la realidad, donde las leyes de la
física o de la naturaleza rigen el comportamiento de los seres vivos. Donde
existen problemas políticos, económicos, sociales, violentos, amorosos, ...
Mucha gente no es capaz de soportar tantas presiones y buscan una válvula de
escape de la realidad, aunque sólo sea por un rato. Una de estas opciones es la
fantasía. Daremos como definición de fantasía aquella facultad de la mente para
reproducir en imágenes cosas inexistentes o de idealizar las reales.

El género fantástico no solo se da en el cine. Literatura,
arte y; más recientemente, videojuegos; también aportan mucho a la creación de
lo fantasioso. Centrándonos más en el cine, podríamos subdividir este género en
varios subgéneros, pues puede llegar a ser muy amplio y abarcar miles de
contenidos. El cine fantástico es capaz de crear batallas o guerras libradas a
golpe de espada entre ejércitos de diferentes razas: elfos, orcos, humanos o
enanos. La creación de mundos totalmente inexistentes en el que un pequeño
aventurero deberá abrirse paso por el mapa y hallar una llave que los salvará a
todos de la muerte. Dragones, magos, hipogrifos, trasgos, centauros y demás
seres mitológicos son los que pueblan las páginas del guión de estas películas,
y con toda la magia, con todo el poder de joyas misteriosas o deidades remotas
atraen al espectador a sus planos y secuencias para que, por un instante breve
de tiempo, sus problemas con el trabajo o la familia parezcan insignificantes
comparado con derrotar al mago más tenebroso de todos los tiempos, o con cruzar
todo un continente y arrojar el Anillo Único al fuego donde fue forjado, o de
evitar que la Bruja Blanca se apodere del reino de Narnia.
Añadiré, para finalizar, que mucha gente no le gusta este
género. Pero yo seguiré siendo un fiel seguidor del género fantástico en todos
los campos en los que se desarrollen y nunca me cansaré de crear mi propio
mundo para evadirme de la realidad cada vez que esté triste o aburrido. Lo que
menos me gusta de una película de fantasía es cuando acaba. De repente te das
de bruces con la realidad y te encuentras en tu sofá o en la sala de cine
percatándote de que la mayor aventura que has vivido ese día
es quizás sacar a pasear al perro.
El cine fantástico es, sencillamente, fantástico.
Mario Rodríguez Turco
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