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La televisión, una caja hipnótica que atrae la atención
de cualquiera. La verdad es que no puedo decir gran cosa que requiera de
actualidad hacia el mundo de la TV puesto que llevo sin sentarme en un
sofá y ver la televisión desde hace
seis años. Todo esto debido a la sencilla razón (que todos conocereis) de que
me parece una gran pérdida de tiempo. Tan
solo hace falta ver la cara de empanamiento de cualquier espectador para entender el efecto que tiene la TV sobre el espectador: hacerte
desconectar de la cruda realidad y entretenerte con cualquier supuesta noticia
que en verdad tiene nulo interés a nivel cultural, intelectual o incluso
práctico. De hecho, no sé si a vosotros
os pasa pero yo personalmente odio con todas mis fuerzas ( y no es por exagerar
el dramatismo de esta entrada) el hecho de que en un bar-restaurante se colocan
pantallas en cada esquina del sitio. Simplemente porque pasa el siguiente
fenómeno: estás hablando con tu amigo de en frente pero este de un momento a
otro detiene su atención hacia lo que sería para tí la pared y ese mismo amigo
no sabe ni siquiera porqué está viendo unas imágenes sin sentido alguno, que
encima vienen sin sonido. Y claro, este fenómeno también te pasa a tí, si te ha
tocado el sitio con la televisión en frente. Pero bueno, al menos la TV en sí
puede tener un buen uso, sobre todo si tienes DVDs y quieres ver una película
en buena calidad, caso que he hecho durante estos últimos años. Claro, tampoco rechazo todo de la TV, es
decir, hay tan sólo una única cosa que acepto, las series.
La verdad es que las series actualmente han adquirido una calidad increíble a
todos los niveles: las historias son muy buenas y originales, los actores saben
dar profundidad a sus personajes, todo lo que es diseño, fotografía y arte
está extraordinariamente estudiado y bueno... muchas cosas más. Todo esto me
parece bastante interesante porque frente al cine que tenemos hoy en día, la
verdad es que muchas de las series televisivas lo superan en todos los ámbitos.
Claro que hay algunas que no tienen tanto éxito en la televisión pero que en
cambio con Internet tienen mucho más prestigio como por ejemplo Breaking Bad,
serie que por si alguno no la ha visto, la recomiendo por su gran originalidad
y creatividad.
Volviendo a lo que decía antes, es cierto que critico a
la TV de ser una pantalla hipnótica, pero claro, cuando vemos los nuevos
dispositivos que tenemos ahora, se podría decir que tienen un poco el mismo
efecto. Para estar al tanto de la actualidad, tienes que estar conectado, pero
conectado a un mundo virtual que al fin y al cabo estás viendo tú sólo alejado
de cualquier experiencia social real. Por lo tanto, que sea TV o Internet,
nunca volverá a ser lo mismo el hablar con una persona sin uno de estos dos
instrumentos a su alrededor. Pero bueno,
tampoco voy a entrar en el eterno discurso de Internet frente a los medios
convencionales que hemos visto quinientas veces a lo largo del curso.
En definitiva, me quedo con las series de TV (que en
realidad las estoy viendo por Internet).
Elise Tandé
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