Málaga me quiere

Ella sabe quién soy. Gracias a mi tiene un lugar donde residir. Ella me conoce a la perfección y me valora, aunque quizás no lo suficiente...Mucha gente me crítica y eso me disgusta. No tengo culpa de no ser perfecta. Ellos tampoco lo son. Necesito ser cuidada. Mi alma a veces también llora...sobre todo cuando esos jóvenes borrachines llevan sus litronas... ¡¿No se dan cuenta de que me hacen daño cuando tiran sus botellas en mi cuerpo?!...¡Para algo están mis papeleras!...Sé que soy grande, pero cada lugar es una parte de mí. Muchas veces incluso me ponen en contra de mis propias hermanas, ellas son mis vecinas y las ocho venimos de la misma madre. No entiendo porque la gente se empeña en intentar enfrentarnos...No entiendo porque discuten quien es mejor que quien. No me gusta que me comparen con ellas, pues a todas las quiero por igual.

Volviendo a ella... pues...mmm... ¡que decir!...Es puro nervio, siempre de un lado a otro. Su monotonía a veces me abruma y mis ojos intentan perseguirla allí donde va...pero la muy capulla me despista en ocasiones, aun así, yo que soy muy lista, se siempre a donde se dirige.

Tengo que reconocer que me encanta ser testigo de sus locuras. Me encanta ser testigo de sus más íntimos secretos. En definitiva, me encanta ser su cómplice y ella lo sabe. Mis lugares, son sus lugares, están a su disposición. Siempre estaré cerca de ella. Siempre la acompañaré. Encubriré sus secretos, seré una tumba. Jamás la traicionaré.

Pero... lo que más me gusta es cuando, gracias a mí, ella disfruta...

Amo verla reír cuando en mis locales toma un refresco con sus amigos.

Amo verla recorrer todo mi cuerpo montada en su bicicleta. Yo la impulso y de camino le lanzo un soplo de aire y mi brisa acaricia su pelo.

Amo verla correr sobre mis brazos, cuando recorre mis montañas y mis llanos...Cuando con disimulo intenta ocultarse en mis ojos...cuando me utiliza como excusa para realizar algunas de las suyas...

Cuando esta tan cansada que necesita de mi para tomar un respiro...

Amo verla ponerse colorada ante una mirada conocida debajo de mis arboles...Cuando un simple beso es motivo para convertirme en su más fiel amiga...Lo sé todo sobre ella. Conozco sus debilidades...conozco sus miedos...

Me encanta verla sonreír y cuando el motivo soy yo. Cuando disfruta de mi sol, mis playas y mi gente.

Pero...también sufro...

Sufro verla llorar. Sufro verla acomodarse en mi espalda y no poder consolarla.

Sufro verla enfadada. A veces me hace daño con esas pisadas tan fuertes...

Pero…aun así, sé que le encanta mi ambiente, mis fiestas, mis costumbres, mi arte y mis modos. Eso me alegra. Sé que si algún día se va de mis brazos, me llevará allí donde vaya. No me cabe duda de que estaré presente siempre en su corazón y para cuando ella decida volver, allí estaré yo para recibirla con los brazos abiertos.

Atentamente:

Málaga.

Cintia Romero Cabello