Yo sí veo la televisión y sí me gusta verla de vez en
cuando. No soy una friki y no estoy obsesionada con ella, pero me gusta. Mucha
gente dice “yo no veo la televisión” pero creo que no hay de que avergonzarse.
Todos vemos la televisión, algunos más y otros menos, dependiendo del tiempo
que tengamos o del grado que nos guste.
Cierto es que en la televisión, con el paso del tiempo, la programación
ha ido decayendo cada vez más pero, ¿qué esperamos? Lo primordial que se busca
es entretener a los telespectadores y, ¿cómo se hace eso? Emitiendo programación
donde lo principal sea la problemática del ser humano. A las personas nos
encanta y nos entretiene ver la decadencia de nuestra propia especie, ver cómo una
persona puede caer a lo más bajo y encima haciéndolo público (para mí un
ejemplo de esto son los programas como Gandía Shore). En realidad, a mí no me
gustan estos programas, no me gustaría estar en la situación de esos
personajes, pero me entretiene y pienso ¿cómo es posible? Otras personas pensarán
“que suerte tienen pueden estar ahí”, y yo pienso que suerte tengo de NO estar
ahí. Pero para gustos colores.

Por mi parte sí que aprendo algo cuando veo la televisión.
Desde que entre en la carrera cuando veo la televisión, alguna película,
fotografía, etc., me planteo cómo se ha hecho, que han tenido que llevar a
cabo, lo que les habrá costado conseguirlo. Me ayuda a darme cuenta de que
detrás de cada programa hay una serie de cosas que no son fáciles y que muchas
personas no ven o no se dan cuenta de que existen.
La televisión aunque a muchas personas les parezca una
chorrada tiene una gran labor. En este momento está muy desvalorizada pero ya
me gustaría estar en el momento en que salió por primera vez esta gran revolución,
ver por primera vez un programa en esta caja cuadrada en blanco y negro. Ese
instante tuvo que ser un gran momento, donde la gente empezó a conocer algo que
terminaría siendo el centro de nuestras vidas.
Julieta Varone Cabestrero
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