De
todas las formas posibles en las que se podría criticar a la universidad de
Málaga, la comparación, sería el modo más honesto y menos subjetivo al que
podríamos recurrir. Pero la comparación la hago yo, y eso es lo menos objetivo
que hay. Vamos a lo más cercano.
“Pues
en las facultades de Granada hay muchos más barriles y fiesta que en las granaínas”. Cierto, pero no vamos a eso.
Estamos hablando de calidad de enseñanza, rigor en la educación y posibilidades
de cada centro. Málaga se lleva de calle en estos aspectos a sus hermanas
andaluzas, le pese a quien le pese. No ponen tapa en la cantina y los precios
de las cafeterías te quitan el hambre pero, además, aquí puedes tomarte un
“camperito” (como dirían los malagueños) tomando el sol en la terraza en pleno
febrero.
Cierto
que Málaga es una ciudad cara, no de las que más, pero las hay más baratas.
También es cierto que en este tipo de carreras lo que importa es la práctica… y
todavía no hemos arrancado con ello al 100%. Eso sí, nos han dejado tocar una
cámara y hemos aprendido a tender fotogramas, pero poco más.
Me
gusta Málaga, me gusta la UMA, pero no me gusta ese enfoque que se le está
dando hacia un público selecto.
Con
respecto a los ánimos y las relaciones de los alumnos… me pongo botas de agua.
Esto no es american pie, pero nos estamos alejando demasiado…
Javier Yáñez
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